blog de Rebeca Martín Gil

viernes, 27 de diciembre de 2013

El hombre perro - Yoram Kaniuk



Publicada en 1969 en Israel, El hombre perro una novela pionera en tratar el tema del Holocausto con humor. Yoram Kaniuk, nacido en 1930 en Tel Aviv, trabajó ayudando a descargar de los barcos a los supervivientes del Holocausto, de donde extrajo las historias que más tarde le servirían para escribir este libro. El hombre perro no tuvo éxito hasta que se llevó en 1981 al teatro y, de hecho, fue duramente criticada por introducir el elemento humorístico en el tratamiento literario del Holocausto. No se tradujo al castellano hasta 2007, por Raquel García Lozano, en Libros del Asteroide. En 2009, se estrenó en el Festival de Valladolid la película basada en esta novela, dirigida por Peter Schrader.
A pesar de ser una obra escrita en hebreo, hace constantes juegos con el alemán en el apellido de los personajes, desde el del protagonista (Stein, piedra) hasta el de dos médicos que, uno en el campo de concentración y el otro en el manicomio, podrían ser uno mismo: el comandante Klein (pequeño) y el doctor Gross (grande). De hecho, el alemán se considera “un idioma loco, maldito y maravilloso”, la lengua materna de los personajes de la novela pero también la lengua en que les han oprimido y asesinado. 
La novela transcurre en dos tiempos que son uno mismo: el presente, a finales de los años 60 en un manicomio en el desierto del Néguev, y el pasado que nunca ha dejado de serlo: el Holocausto, que revive en cada uno de los enfermos.
El hombre perro es Adán Stein, importante empresario circense en Berlín antes del ascenso nazi y que, progresivamente, lo ha ido perdiendo todo: primero su negocio (expropiado en 1941 al no ser él de raza aria), luego su familia y, cuando arranca la novela y él ya vive en Israel, parece que también se ha perdido a sí mismo.
Adán es un hombre atractivo, inteligente y culto. Ha cursado estudios universitarios y es políglota. Pudo sobrevivir al Holocausto sirviendo al jefe del campo de concentración, Klein, como perro y como payaso: como payaso, entreteniendo al resto de presos como si estuviera en el circo, actuando también ante su mujer y su hija cuando se las llevaban al crematorio; como perro, siendo compañero del perro del comandante, Rex, y comiendo de la misma escudilla que él.
Víctima (y en cierto modo también verdugo) durante el Holocausto, no piensa en nada de lo ocurrido, pero por las noches sueña con lo que ha sucedido a lo largo de la historia al pueblo judío. Adán se convierte en perro como Arturo Serrano-Plaja lo hizo también en su exilio (en La mano de Dios pasa por este perro, 1965), para increparle a ladridos a Dios por su triste destino.
Adán está en un manicomio, construido para supervivientes del Holocausto, donde parece que los únicos cuerdos son los enfermos, nuevos presos en un aséptico y lujoso campo de concentración. De hecho, el número en el brazo permite a los pacientes del manicomio saberse reales. Existen porque tienen una señal que atestigua su sufrimiento, su dolor, y quien no tiene número en el brazo debe construirse, como Miles Davis, una nueva identidad. El personal del manicomio se siente culpable porque ha vivido siempre en Eretz-Israel, porque no estuvo en Europa durante el Holocausto. Son ellos los auténticos locos: desde la enfermera, Gina, enamorada de Adán, mujer fría e inflexible con el resto de enfermos pero que, por él, se salta todas las normas, como hizo en Europa el comandante Klein, hasta el director del centro, el doctor Gross, que es psiquiatra pero siempre quiso ser poeta.
En una esperpéntica marcha nocturna por el desierto, en que veinte enfermos recrean el sufrimiento del pueblo judío de los Salmos, Adán, a quien sus compañeros siempre han visto como un nuevo Mesías, se acerca a una zarza ardiente, como nuevo Moisés, donde se encuentra con el comandante Klein, que ha venido para que le mate. Luego reflexiona que se le ha aparecido porque es Dios, “y eso es más triste que inexplicable”. 

jueves, 19 de diciembre de 2013

Poema - Sirenas

La sirena de la fábrica y la sirena del barco
que anuncia su arribada al puerto
suenan estridentes, son un lobo
herido que aúlla su dolor en medio de la noche,
en mitad de la nada.
Y estas sirenas ensordecedoras y metálicas
no han oído nunca hablar de esas otras sirenas,
las inexistentes, las silenciosas,
las que en tardes de niebla,
seductoras y coquetas,
creían ver los marineros enloquecidos
por las aguas y por la soledad,
embriagados de alcohol
y de ausencia de calor femenino,
que no distinguían un animal acuático
de la hembra con curvas con la que soñaban,
mar adentro, mano a mano.


(publicado  en la revista digital Remolinos)

jueves, 12 de diciembre de 2013

La tristeza de Erika - Rubén del Vado

La tristeza de Erika es una novela conmovedora sobre las difíciles relaciones entre los seres humanos y, más especialmente, entre padres e hijos. La tristeza de la protagonista es también la tristeza del policía que negocia con ella en la azotea, y la del compañero que sustituye, de baja por depresión. Es la tristeza de la ausencia de referentes emocionales, de la pérdida de los seres queridos. 
La protagonista, una chica adolescente llamada Alexia, rodeada de juguetes y falta de amigos, criada por unos padres ancianos, pasa unas horas al mes en un lugar al que ella llama la Casa de Muñecas, donde otros niños van ahí a encontrarse, durante un rato, con sus padres biológicos. La repentina amistad con una chica de su colegio, Natasha, le abre la puerta a los interrogantes que planean sobre ella. Natasha no solo oye los comentarios, sino que se los traslada a su amiga y, juntas, deciden desentrañar el misterio: del mismo modo que Alexia, en su cumpleaños, descubre que dentro de una muñeca rusa hay otras más pequeñas, ellas van quitando los distintos velos que envuelven el día a día de la protagonista. 

Esta novela trata la dura realidad de los puntos de encuentro, escrita por un perfecto conocedor de los mismos, Rubén del Vado, y expone distintas maneras de querer (o no) a los hijos.  

jueves, 5 de diciembre de 2013

Poema

concatenación de derrotas
de derrumbes de arrumbes
de cansancio
de condenas
de desgarros de desarraigos
de retrocesos
de arrobos de robos
de cantos de desencantos

concatenación de candados
de condenas
de cadenas
de caderas de movimiento
de curvas de barcos
de marea

concatenación de perdones
de armisticios de treguas
de súplicas de réplicas
de tablas
de mesas de meses de mases
de suspiros de reveses
de espacios de espacio
de silencios

concatenación de concatenaciones

hasta el concatenamiento