blog de Rebeca Martín Gil

domingo, 7 de septiembre de 2014

Viaje a Nápoles - Emilio Sola


El asturiano Emilio Sola se refiere a sí mismo como “profesor, escritor y extabernero”. Obtuvo el Premio Café Gijón de novela en 1984 por Los hijos del agobio. Previamente, había sido accésit del Adonáis de poesía por La isla.

A raíz de una visita a Italia en 2002, escribió un poema sobre sus calles que ha editado Ochoa y Lanza recientemente, Viaje a Nápoles. En él describe las calles de la ciudad italiana, y, sobre todo, sus muros y las palabras que en ellos se apoyan, integrando el habla coloquial, la expresión popular, en sus versos. Mientras los transeúntes pasan de largo, Sola se detiene a contemplar las luces y las sombras de Nápoles a primera hora de la tarde, sus pobladores (mendigos, “jipis”, niños que regresan de la escuela, vendedores ambulantes negros), el altar a Maradona… La ciudad se integra en el poeta, pasa a formar parte de él, y en sus diálogos con el sol que va y viene reflexiona sobre el paso del tiempo, sobre las palabras, sobre la belleza, sobre la vida en general:

“Y uno piensa. Aún. Que no importa si ya no vuelve
pues ha sido tanto aquí que no importa. Risas.
La plaza en sombra. Hay que moverse. Ir. Seguir. Tal vez

no volver.”